miércoles, 14 de marzo de 2012

El manual del buen Cateto


Siguiendo el hilo de los posts anteriores, si las subidas de impuestos no dan para mucho más, porque así se cargarán lo que queda de economía, entonces habrá que ver cómo gestionamos el gasto.

...y se armó el Belén...
Si tu le preguntas a un cateto si él estaría dispuesto a pagar 50.000 por un automóvil que vale 35.000, hinchará el pecho, te mirará con cara de suficiencia, suspirará compadecido, y levantando sus ojos por encima de tu hombro te espetará un "¿tu eres tonto o te has creído que soy tonto?".

Si te presentas ante ese mismo cateto, y añades 6 ceros a las cifras de  la pregunta veamos que pasa:
Preguntas si deberíamos estar dispuestos a pagar 50 mil millones de euros por la Educación pública si se pudiera obtener por 35 mil millones ahorrando en gastos superfluos. Ese mismo cateto retrocederá un par de pasos, te mirará de arriba abajo con desdén, y dándose la vuelta murmurará entre dientes mientras se aleja "Ya están estos fascistas intentando recortar los derechos del pueblo". El cateto se perdió con tanto cero.


Conclusión: él era el tonto, por eso es un cateto. Prefiere gastar 15.000 millones de euros más por el mismo producto. Porque es un ignorante y no atiende a razones ni aplica la lógica. No se lo tomes a mal. Él sigue las instrucciones de 'El Manual'.

Por lo menos el cateto ya no te considera tonto, lo cuál es un avance; eso sí, te considera el mismísimo diablo. Da igual que tu no seas fascista (¿existe eso todavía?), ni sigas a un partido ni a otro, ni creas en las ideologías, que mires a todos los políticos con visión crítica, y que sólo te fíes de tus propias conclusiones. No sigues 'El Manual', luego eres un fascista (eso también lo pone en 'El Manual').
'El Manual'

Nadie le ha insinuado al cateto nada acerca de un recorte de derechos que a nadie en su sano juicio le gustaría acometer (yo tengo hijos en edad escolar y ni quiero ni puedo pagar un colegio privado); simplemente se ha planteado recortar en lo superfluo para intentar mantener el dinero suficiente para pagar el derecho, que es lo esencial. Pero lo único que este cateto ha aprendido en la vida es 'El Manual' que le han inoculado, y como no tiene criterio es incapaz de pensar por sí mismo.

¿Que hace un cateto cuando se plantea salir a la calle a protestar? Revisa el importe gastado en un derecho (o se cree lo que le dicen 'los que saben'), esos miles de millones de euros, lo compara con el año anterior, y si no ha aumentado, llega a la conclusión de que se ha recortado en derechos. Está en 'El Manual'.
Por el contrario, si ha aumentado el importe gastado el cateto estará enormemente satisfecho. Como hemos visto poco le importará al cateto si se ha contratado más empleados de los necesarios para dar ese servicio, si el servicio ha empeorado, si se han gastado la mayoría del dinero en contratos con amiguetes, o si directamente se ha robado de la caja. El cateto estará contento, muy contento.

Pongamos un ejemplo con el derecho a la Educación
Hace unos días aparecía un consejero de Educación de la comunidad autónoma de Andalucía, del partido de siempre, y se comparaba con los recortes de todas las 'autonomías enemigas' del otro partido de siempre, exhibiendo sus propios continuados incrementos del gasto en Educación. Su gran argumento era que él era el consejero de Educación que más gastaba por alumno en toda España, y lo presentaba todo ufano.

Veamos lo que dice el informe PISA (es un informe realizado por la Unión Europea que evalúa el nivel educativo) en las diferentes comunidades autónomas:


Ningún partido es santo de mi devoción, pero observemos el nivel educativo de Madrid y el de Andalucía desde una perspectiva lógica, sin apriorismos.
En Madrid, para intentar reducir el déficit se ha intentado disminuir el gasto superfluo y obligado a los profesores a pasar de 18 a 20 horas lectivas (me pregunto quién lo bajó a 18) , para no contratar profesores interinos no necesarios. En Andalucía ya llegaban hasta 21 hora lectivas. Tampoco pasa nada, en la empresa privada el que tiene un trabajo trabaja muchas más horas anuales que un profesor público.

Pues analizando el informe PISA está claro que en Madrid se aprovechan mucho mejor los recursos de todos en  Educación, sean muchos o pocos, puesto que obtiene mejores resultados en todas las capacidades analizadas, siempre mejor que la media de los países industrializados.
Por el contrario Andalucía aparece en todos los casos por debajo de la media, no sólo de los países industrializados, sino por debajo de la media de todas las comunidades autónomas españolas. Y además empeorando en dos de las tres competencias evaluadas. Es decir en Andalucía se gastan un 'porrón' más de dinero por alumno para tener una educación mucho peor y empeorando.


Pues ¿a que no adivinas dónde salieron a la calle los catetos a protestar por el recorte de derechos? efectivamente, en la de mayor nivel educativo pero menos gasto. Huelgas, pérdida de clases de los alumnos, etcétera, que por lo que se ve, mientras se gaste lo mismo o más, esas ausencias no merman el derecho a la educación.
El cateto mira pues hacia Andalucía con orgullo y felicita a sus gobernantes, porque que los alumnos aprendan o no es un mero detalle que no debe distraernos, (de hecho 'El Manual' necesita de gente que no aprenda). Así 'aplauden con las orejas' a los gobernantes de Andalucía mientras preparan con las manos 'el cóctel molotov' para los de Madrid.

Al cateto lo que le importa es el gasto, lo pone en 'El Manual', y no se puede reducir un euro, o prenderán cerillas (así se defienden los derechos según 'El Manual'). 

Pues digo yo que a ese consejero andaluz y a sus antecesores habrá que tomarles el nombre y prohibirles trabajar nunca jamás en nada que tenga que ver con la administración pública, no por haberse equivocado al haber dirigido tan mal la educación en Andalucía, que en eso se puede rectificar, sino porque se está pareciendo demasiado a un cateto. Y un cateto no puede ser responsable de fondos públicos, diga lo que diga 'El Manual'.
Y también habría que analizar igualmente qué se hace con el dinero que se gasta en educación en la Comunidad de Murcia, en poder de los otros desde hace mucho, por poner otro ejemplo.



¿Defiende 'El Manual' el estado de bienestar?
Nos pasamos la vida viendo a un montón de sujetos erigiéndose en defensores del estado de bienestar.
Pues perdón, pero no hay nadie que quiera estar mejor que yo mismo.

¿Qué es realmente un defensor del estado de bienestar?

Daré mi propia definición: Un defensor del estado de bienestar es aquel ciudadano que desea maximizar la actividad económica para que genere los suficientes recursos para pagar, mediante impuestos, los máximos derechos sociales de sus ciudadanos, especialmente de los más desfavorecidos, vigilando hasta el último euro el gasto para no derrochar los dineros que podrían emplearse en incrementar los derechos, y sin arrebatar los derechos de futuras generaciones gastando más de lo que se recauda".

Caben en esta definición ciudadanos que se consideran de izquierdas y de derechas, que pueden tener distintas sensibilidades sobre donde se encuentra el punto exacto que permite maximizar los derechos. Aunque la mejor solución debiera ser sólo una, es lógico que esas diferentes sensibilidades lleven a poner el peso más en la economía o en los derechos. Eso sí, si ese ciudadano es realmente defensor del estado de bienestar debe considerar todos aspectos: maximizar el crecimiento económico, para obtener el mejor equilibrio entre recaudación y nivel de vida, que permita maximizar los derechos, eliminando todo el gasto superfluo, y evitando la deuda. Por tanto no caben aquí los que siguen 'El Manual'.

Hay en España muchísimos defensores del estado de bienestar, pero también hay muchos enemigos, lobos disfrazados con piel de cordero. Veamos ejemplos de liquidadores del estado de bienestar:
  • Un ciudadano que sólo desea la desaparición o 'jibarización' del estado, que no se recaude, y que cada uno se arregle con sus propias ganancias, seguro que no defiende el estado de bienestar. No le importa un bledo la suerte que corran los más desfavorecidos. Está claro que ese no es un defensor del estado de bienestar. 
Este es el rico que sale en 'El Manual', pero no creo yo que represente un porcentaje elevado de la población, por suerte. Este por lo menos manifiesta en privado que el estado de bienestar no le gusta nada, pero es más reticente a hacerlo en público y lo disimula.
  • Otro ciudadano que dice que todos tenemos muchos derechos y que hay que subir al máximo los impuestos para pagarlos, aún a costa de recaudar menos por la fuga de capital y cierre de empresas, enviando ciudadanos al paro, tampoco es un defensor del estado de bienestar. A este no le importa como se paga el estado de bienestar, así que lo lleva a la ruina. 
Este lee 'El Manual' todas las noches antes de irse a dormir, que le dice que así está defendiendo el estado de bienestar, y posiblemente ni siquiera sabe que se lo está cargando.
Seguramente este ciudadano es uno de los beneficiarios del derroche, ya sea en forma de empresario con subvenciones, gran empresa con contratos públicos, patronal, partidos políticos, ONG de pega, beneficiario del PER, del mundo de la cultura, sindicato que vive del presupuesto (casi todos) , liberado sindical, empleado público o funcionario prescindible. Es normal que no quiera que se reduzca el gasto, porque quiere seguir viviendo gratis del esfuerzo de los demás ciudadanos que sí aportan riqueza.
Lo que ya no es tan normal es que alguien se crea que estos tipos realmente están defendiendo el estado de bienestar, y salga con ellos a la calle. Para llegar a ese punto hay que seguir al pié de la letra las instrucciones de 'El Manual'.
  • Otro ciudadano que se carga el estado de bienestar es el que lo deja echo un asco para los futuros ciudadanos. Es un ciudadano que quiere mantener sus derechos gastando por encima de lo que se ingresa, pagando sus derechos con la deuda que deja a generaciones futuras, que tendrán que devolver la deuda que se les deja, y no tendrán dinero para sus propios derechos. 
Este ciudadano no defiende el estado de bienestar, que también lleva a la ruina, defiende estar en su propio bienestar (que no es exactamente lo mismo), le importa un bledo el de las generaciones futuras, y se parece muchísimo al del primer punto. Cree que "Mis derechos son los importantes, y me los van a pagar los que vengan".
  • Por último están los anti-sistema. Muchos de ellos nunca han trabajado ni piensan trabajar, incluso ni siquiera han estudiado aunque han tenido garantizado el derecho, que le hemos pagado los demás. Sin embargo esperan que alguien les pague sus derechos para siempre, ocupan casas ajenas y les importa un pito como se mantenga el estado de bienestar. El pago debe ser de los demás y el bienestar suyo. Muchos de ellos acaban votando comunista u otras opciones más radicales que destruirían el estado de bienestar de todos, pero para eso son anti-sistema.

El gran problema de nuestra sociedad es que los ciudadanos comprendidos en los últimos ejemplos no son tan escasos como el del primero, y son estos, por su volumen, los que están llevando a la ruina nuestro estado de bienestar, que tanto nos ha costado a todos construir.
Muchos de estos ciudadanos bienintencionados son dirigidos por los depositarios de 'El Manual', se empapan del mismo, y salen a la calle a destruir su estado de bienestar que dicen defender, obligando al estado a gastar y gastar un dinero derrochado que necesitamos para pagar nuestras necesidades sociales.

Pero no vale fijarse sólo en los derechos, o sólo en los impuestos, o sólo en el gasto, hay que analizar si las medidas que se proponen funcionan. No hay que perder de vista que lo importante es el resultado de las medidas, que lo fundamental es maximizar el beneficio social, así que los ciudadanos debemos reclamar una solución completa, y no una solución parcial o biliar que al final nos haga más pobres y con menos derechos. Y si eso implica que los que ni dan ni quieren dar una solución completa 'armen la marimorena'  salgan a la calle para intentar mantener su botín, entonces los ciudadanos, nosotros, debemos tener claro qué es lo que están defendiendo, que no es un estado de bienestar, sino su propio bienestar.


Pero, ¿de dónde ha salido 'El Manual'?


'El Manual' es un incunable, comenzado hace un par de siglos, pero con poco más de uno de vida plena. Los enemigos que describía en su origen se han esfumado, porque nos los hemos ido cargando entre todos, porque la sociedad ha evolucionado y ya no hay señores medievales. Los pueblos han conseguido la democracia para controlar a sus gobernantes, los ciudadanos regimos nuestros destinos, pero 'El Manual' sigue hablando de esos enemigos como si estuvieran aún aquí y nos dominaran.

'El Manual' no se hizo para establecer democracias, sino para substituir una tiranía por otra. Fue útil  para destruir poderes absolutos, levantando derechos que no existían para movilizar a las masas, que obedecerían así a un nuevo señor. Pero no contaba con que la democracia se impondría.

Sus actuales seguidores, cual templarios fuera de su tiempo, añoran una época lejana ya pasada, época de sangre y fuego (que aún rememoran en sus algaradas) donde todo era posible , una época de revoluciones en que se podía llegar al poder sin contar con la opinión del pueblo por el bien del pueblo. Sus guardianes han intentado repetidamente reescribir 'El Manual' para adaptarlo a la vía democrática, pero no funciona, porque cada vez suena más a canto gregoriano en la era de 'Lady Gaga' y Rihanna, al correo del Zar en la época del email e internet, porque su fondo sigue siendo el mismo.

Por eso la sociedad, que cree cada vez menos en los preceptos de 'El Manual', no vota más que minoritariamente a las opciones políticas radicales que esperan su triunfo final, que cada vez pintan menos. Como el poder no se puede conseguir desde la democracia hay que empujar desde fuera. Y tienen un medio consagrado hace 40 años nada menos que en la constitución, cuando aún pintaban algo. Así que algunas de esas organizaciones han quedado como los depositarios de 'El Manual', pero su fin ya no es aplicarlo, saben que no van a poder, y saben que ha fracasado inexorablemente allí donde se intentó aplicar, lo saben, así que se conforman con vivir de él. Y así lo hacen.
Sí, lo has adivinado, son ellos, los que se autoproclaman 'los defensores de los trabajadores'. Pero, ¿lo son?

Este es uno de los grandes temas de debate de nuestro tiempo. ¿qué hacemos con estos sindicatos que tenemos?

El problema con los dos grandes sindicatos de nuestro país viene a ser parecido al que tenemos con los dos grandes partidos. Tanto los sindicatos como los partidos son necesarios para cualquier sistema democrático moderno. Pero ¿son estos sindicatos y estos partidos políticos los que necesitamos?. ¿defienden a los que dicen defender?

Los partidos políticos
Por empezar con los partidos políticos. Yo ya hace tiempo que llegué a la conclusión de que el sistema pactado en la transición que se creía magnífico (todo el mundo lo decía), con sus comunidades autónomas 'superfenomenales', es un absoluto fracaso, y que no podría mantenerse.
Y llegó la recesión. Y aquí está el resultado. Los nacionalistas piden y piden, las autonomías son un sistema de despilfarro, de desigualdades y de extorsión por parte de los nacionalistas. Todas las transferencias, gobierne quien gobierne, van legislatura tras legislatura hacia las autonomías, que siguen incrementando competencias hasta que ya no quede nada que traspasar y algunas declaren directamente la independencia, bandera que ya enarbolan sin ambages. El sistema llevaba una bomba lapa en los bajos.

En este contexto los dos partidos mayoritarios, cuando gobiernan ponen a los suyos a rellenar los huecos en las diferentes administraciones echando a los del otro, y ceden más poder a los nacionalistas con el único objetivo de mantenerse en el poder sin ruido, incrementando más y más las desigualdades  y disminuyendo la solidaridad entre españoles. Cuando ellos gobiernan las administraciones ya no se quejan de que son ineficientes. Ponen a los suyos a cobrar y callan.
El sistema autonómico lleva al desastre, por que su expansión no tiene fin. Pero trataré esto más en profundidad en otros posts. La pregunta es: ¿son estos dos partidos, que no están dispuestos a afrontar el problema estructural de España,  los que los ciudadanos necesitamos? Pues ellos viven de este sistema autonómico, así que no tienen la más mínima intención de reformarlo. Los mismos que realizaban la crítica implacable cuando estaban en el turno de oposición, ahora apoyan a los nacionalistas en sus delirios y les 'dejan hacer' sin pestañear. Y hasta el siguiente turno.

Los sindicatos
De manera equivalente se plantea el problema de los dos sindicatos mayoritarios, que no defienden a penas a ningún trabajador, y viven del sistema.

Parece que el otro día Julio Anguita, ex secretario general comunista hizo esta acertada valoración:
Las empresas farmacéuticas nunca desearían erradicar una enfermedad si eso supusiese que su producto dejase de ser necesario. Hoy podríamos decir que hay más intereses económicos en que no exista una vacuna para prevenir el SIDA que en descubrirla. Y las industrias armamentistas tampoco querrían terminar con una guerra y, por tanto, acabar con la compra de sus armas. Se trata de una consecuencia inherente al capitalismo

En este sistema se paga a alguien para que atienda un problema que, si lo resolviese, le impediría continuar con su negocio."
Exacto. Ha dado en el clavo. Me parece una conclusión muy lógica. Es ahí donde deben surgir empresas que no tengan ese beneficio y patenten un medicamento que a ellos sí les suponga negocio. Eso es lo bueno de la competencia.

Pues ese, exactamente ese, es el problema de los sindicatos mayoritarios actuales.
Su gran fuerza proviene de:
  • los fondos públicos que reciben directa o indirectamente
  • los liberados sindicales que les sirven para mantener continuamente la tensión, y que no trabajan
  • los funcionarios (aunque ahí no son tan mayoritarios), que necesitan que sean muchos y con miedo a los recortes para mantener la tensión
Con todo eso amenazan con una fuerza en la calle que no poseen en la sociedad.
Además cobran una comisión por cada ERE que se ejecuta.



Se han documentado en esta crisis casos sangrantes en los que se ha ofrecido a los sindicatos la reducción del sueldo de la plantilla para no tener que ejecutar un ERE. ¿y adivina que escogieron los sindicatos? Pues claro, la opción en la que cobraban ellos, el ERE. Total, los despedidos ya no votan en las elecciones sindicales.....


Ellos ganan más si hay crisis, conflicto y miedo a perder el empleo, y sólo intentan sobrevivir. Son un organismo vivo, y como cualquier organismo aspira a sobrevivir y extender su dominio, y para ello necesita que se le alimente con fondos públicos, y que se incremente infinitamente la estructura de la administración del estado. Han perdido casi completamente el poder de representación de la clase trabajadora productiva, a la que no defienden, así que buscan gasto, gasto y gasto para ellos y la Administración pública, de la que sacan su poder. Desde luego su problema no es el mantenimiento de nuestro estado de bienestar ni el déficit. 'Su reino no es de este mundo'.

Como en el caso de las compañías farmacéuticas y armamentísticas, ¿cómo van a querer atender a un problema, que si lo resolviesen, les impediría seguir con su negocio?


Para mantener su poder sólo defienden a ciertos trabajadores privilegiados localizados en muy grandes empresas donde no hay apenas riesgo de ser despedido en condiciones precarias, donde colocan a sus liberados, piden aumentos de salarios para ellos en plena crisis, o piden disminuir su número de horas de trabajo, y sobre todo, que incrementen los impuestos para aumentar el gasto de las administraciones, lo cual les  dará más poder. Desde su atalaya nos imponen a todos el paro.

Pero que eso suponga aumentar el paro no les preocupa en absoluto. Los trabajadores no privilegiados y los parados no son sus clientes, no viven de ellos, no participan en elecciones sindicales, y no les dan de comer. Además hace décadas que perdieron su confianza en estos burócratas del presupuesto público.

Las élites de estos sindicatos representan más que nadie a los poderosos, a la clase privilegiada. La mayoría de sus dirigentes no ha trabajado y se jubilará con la pensión máxima sin haberlo hecho nunca (liberados sindicales antes de haber pegado un palo al agua), no saben de nada porque no aprovecharon el derecho a la educación gratuita, sólo conocen 'El Manual', por ello no tendrían opciones valiéndose de su  trabajo como los demás, y nunca crearon riqueza alguna que no fuera la suya. Pero sin embargo llevan relojes de lujo, tienen varias casas, gastan en cruceros de 'alto standing', comen en grandes restaurantes cuyo nombre nosotros ni conocemos, sus hijos van a colegios privados, están en consejos de administración de bancos, mandan y nos obligan a mantenerlos sin que les haya votado nadie. ¿para que cambiar?

Pero ¿son todos sus afiliados así? No todos no; pero los que no son así se dedican simplemente a seguir 'El Manual' a 'pies juntillas'. ¿para qué van a pensar por ellos mismos si les dan la verdad absoluta empaquetada? así no se ven obligados a dar una solución para mantener el estado de bienestar. Repiten la consigna tras la pancarta, soñando con llegar al nivel de vida de sus jefes.

Cuando los sindicatos dejen de vivir del presupuesto público es posible que puedan recuperar la representatividad que ya no tienen, pero yo sinceramente apostaría por otros sindicatos. Que se corte cualquier fondo público a estos monstruos burocráticos y se permita la entrada de la competencia a través de sindicatos sanos, que no tengan su negocio en el mantenimiento del problema.

A la hora de analizar el como gestionar el gasto tendré en cuenta muy relativamente las opiniones de estos poderosos burócratas, sabiendo que lo que conviene a la mayoría sólo es defendido por ellos si les conviene también a ellos en mayor medida. Ellos son de otra galaxia, y en esta los trabajadores no afiliados preferimos comer.

Estos sindicatos mayoritarios son ahora los principales responsables de mantener vivo 'El Manual'. No los únicos, pero sí los que tienen más interés, los que sacan más beneficio de su distribución y su adoctrinamiento.

De ahí su falta de protestas tras firmar 'joint-ventures' con ciertos gobiernos para que impongan asignaturas sobre 'El Manual' en los colegios. A cambio pagan el favor con paz social aunque haya paro y disminuyan esos derechos que dicen defender. Lo importante es expandir la doctrina de 'El Manual', porque de ahí comen.

Ese partido con experiencia de gobierno, como es lógico, no cree ya hace mucho en 'El Manual', saben por su experiencia en el gobierno que no funciona, así que no lo aplican nunca cuando están en el poder, pero eso sí, no pueden atacarlo directamente por que lo necesitarán en el futuro. ¿Cuándo?
En cuanto pasan a la oposición. En ese momento desempolvan 'El Manual' uniéndose a los sindicatos burocratizados, porque saben que es un buen medio de agitar a las cabezas menos pensantes para recuperar su pastel.  Así que lo agitan, 'echando al pueblo a la calle' entre soflamas en las que ya no creen y que no aplicarían, para intentar recuperar el voto de los que aún creen en sus designios, que se han escapado a esos partidos radicales del 'extraradio electoral' que aún se apoyan de verdad en 'El Manual'.

Pero algún día se darán cuenta, digo yo, que cada vez quedan menos cabezas poco pensantes, y que lo que se les escapa hacia los partidos radicales es cada vez más un granito de arena en la playa de los ciudadanos menos radicales que les han ido dando la espalda.
Acabaran por valorar que esos  votos de los trabajadores productivos se les escapan, en muchos casos, para no volver más, reduciendo una y otra vez su anterior techo electoral. Porque muchos trabajadores averiguan con la experiencia que vivirían mejor si los de 'El Manual' les 'defendieran' un poco menos.

Mientras tanto, el partido beneficiario que les substituye en el gobierno se frota las manos porque sus turnos de poder se alargan, sin merecerlo en muchos casos, mas que por la 'teoría del mal menor', estando los ciudadanos dispuestos a pasar por alto incluso sus casos de corrupción.



Ya he evaluado en posts anteriores otras posibilidades de reducir el déficit, a través de los impuestos, sobre todo en una crisis tan severa. El resumen de este post es el siguiente: si realmente somos defensores del estado de bienestar tendremos que analizar también como mejorar en la gestión del gasto, como un factor más que elimine el déficit.

continuará.....






4 comentarios:

  1. Jooooooder, sin palabras me he quedado con lo que cabo de leer jejejejeje ¡¡¡te ha faltado incluir un capítulo de la conspiración judeo-masónica!!! ¡¡¡Y otro sobre cómo nos ocultan la existencia de los extraterrestres!!!
    ¿En serio te crees todo lo que dices? Y si te lo crees, ¿me puedes pasar tu manual? Porque tu tienes que haberte aprendido todo esto en algún sitio, no es normal soltar tal retahíla de tópicos así, del tirón, sin manual ni nada: Que si yo no soy de ningún partido, que si los nacionalistas nos arruinan, que si Andalucía no estudia, que si los son anti sistema son vagos, que si los sindicatos viven del cuento...
    O usas tu propio manual o tienes un trauma por algo, no es normal tanto resentimiento hacia un sector.

    En fin, cuídate jejejeje

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, mi manual es mi opinión por la experiencia, pero me gusta que pongas la tuya en mi blog. Si no me lo creyera no lo escribiría.
      ESTOS Sindicatos sí viven del cuento (su manual) y de nuestro dinero, como otro montón de gente, patronal, subvencionados, etc...
      El informe PISA es el informe PISA (habla con la Unión Europea),
      y los partidos políticos me parecen estructuras de poder a las que no nos queda más remedio que votar, porque no tenemos nada mejor.
      Por cierto, no creo en los extraterrestres ni en conspiraciones, ni en ESTOS sindicatos, ni en los políticos en general. No nos arruinan los nacionalistas, sino el sistema autonómico que regurgitamos para contentarles (total 'pa ná'), alegre e incomparable invención española.

      No negaré los tópicos que he recogido sobre los sindicatos. Me puede mi amor hacia las personas a mi cargo. Eso no resta un ápice al fondo de la cuestión. Sus teorías han llevado y continúan llevando al hambre a millones de personas, pero a ellos curiosamente no.

      Una cosa mas. En cuanto a lo del resentimiento, yo ni voy a manifestaciones insultando a 'to quisque', ni lanzo cócteles molotov, ni impido a los demás sus derechos, ni tiro piedras a los que piensan distinto. Eso sí es resentimiento, lo de aquí se llama razonamiento.

      Seguiré tus consejos e intentaré cuidarme. Gracias y un saludo.

      Eliminar
  2. Impresionante!!!!!!!!! Estoy con la boca abierta.
    Crea un partido político que yo te voto
    Un fenómeno, en serio.
    Saludos

    ResponderEliminar
  3. El anonimo tiene el tejado jodido o algo pasa.

    ResponderEliminar

Sin ofender a personas ni creencias, por favor