martes, 22 de mayo de 2012

La España imposible: "Spain is really different"



La presidenta de la Comunidad de Madrid ha mentido descaradamente con el déficit. El de Cataluña dice que habrá pacto fiscal por las buenas o por las malas (¡eso es un pacto, sí señor!), y que en cualquier caso se hará lo que él diga. El de Extremadura que no tienen que venir los de Madrid a decirles lo que tienen que hacer (se referirá al gallego de las barbas y al andaluz de la frente despejada, supongo). El del País Vasco, que la Sanidad la van a decidir ellos, diga lo que diga el Estado. El Andaluz que nadie les va a decir como tienen que hacer las cosas.
Hasta el Infinito, y más allá, parafraseando al animado héroe infantil.

Ay, cuantos esfuerzos malgastados...


Lo que no puede ser no puede ser......... y además es imposible


Cuando uno 'suelta' la conclusión sin razonar las causas que le llevan a ella, muchas veces se convierte en un mero portavoz de un eslógan ajeno e irreflexivo.

No digo yo que mi opinión de que este Estado autonómico es imposible no haya ido calando en mis convicciones de una manera difusa, intermitente, sin una estructura razonada clara. He vivido tres cuartas partes de mi vida en Cataluña, y lo que he visto y oído, la evolución que he observado desde mis días de párvulos hasta la formación de mi propia familia y mi desarrollo laboral, la transformación paulatina de las opiniones de mis amigos (muchos de ellos actualmente ya independentistas) a los que sigo viendo en mis temporadas anuales allí, ha ido cincelando en mi pensamiento, muesca a muesca, la idea de que lo que veía no era bueno, de que esto no funcionaba (mi opinión al respecto también se ha ido transformando a lo largo del tiempo).
El comportamiento de las demás Autonomías, puesto al descubierto con carácter retroactivo durante estos últimos años, no ha hecho más que apoyar esa intuición difusa de que no era una pieza la que no funcionaba, sino el propio sistema el que chirriaba.


Si embargo, el poner en orden mis ideas, el exponerlas de una manera razonada (la mía sin duda, pero razonada), la disección de la historia de mi país (de todo el país), el análisis económico de cada dato, el confrontar o refutar cada proclama de una u otra parte y averiguar los datos en los que se apoyan (si existían, que no siempre es así), me ha llevado a elaborar mi propio relato razonado del porqué de las cosas, de lo que considero útil y no útil, beneficioso o perjudicial.


Otros momentos habrá para analizar qué ha llevado a nuestro País, a nuestro Estado, a esta situación, pero el objetivo de este post es exponer mi razonamiento de porqué este Estado autonómico actual es imposible.

Como puntos previos a este razonamiento, que justifican en parte la situación en la que nos encontramos y su porqué, he tratado en posts anteriores los siguientes temas:
- El déficit y la deuda en España, y sus consecuencias en los ciudadanos.
- Posibilidades de reducir al déficit a corto plazo:
- La única solución real  a la crisis : las reformas estructurales, inexistentes en los presupuestos, que nos hagan más competitivos. El porqué las reformas son imposibles en nuestro Estado.

Sé lo que mis amigos independentistas me sugerirían como solución (cada vez me lo dicen más, de hecho), que seguro que no es lo mismo que lo que otros conciudadanos suyos opinan. Ya trataré de las soluciones más adelante...



"Spain is Different"

Sin duda "Spain is really different". Es innegable.

El "Spain is different" de antaño, el de Franco, era un 'different' basado en el atraso, en la continua pelea interna (solo aletargada por la dictadura), en la inexistencia secular de democracia, en la falta de educación universal, de un desarrollo industrial o terciario suficiente, en la autarquía.

Los independentistas  de diferentes regiones españolas (los retóricamente autodenominados nacionalistas incluidos) se desmarcaban de esa imagen del "Spain is different" con vergüenza, culpando al resto del territorio de la existencia de esa imagen del pueblerino, del paleto, de la imagen cutre del 'españolito medio'. Ellos, sin embargo, decían encarnar la esencia del europeo por estas latitudes, como si ellos no formaran parte de esa supuesta España profunda, con su parte alícuota del 'españolito medio', de 'paletos'.


Han pasado los años, y a dia de hoy sigue siendo cierto, "Spain is different". Pero el 'different' no se encuentra precisamente en lo que ha cambiado y ya es igual a los demás países de Europa, como es lógico. Ya no está en la autarquía, ya no está en la falta de un sistema educativo con igualdad de oportunidades, ni en la falta democracia o de un estado de bienestar, o en la falta de un desarrollo económico moderno.

No, no, ya no es nada de eso lo que nos hace diferentes, lo que nos separa de un modelo de país europeo.

Casi todos los componentes de aquel "Spain is different" se han diluido, pero hay uno que se mantiene, una principal diferencia de modelo con los demás países Europeos, prácticamente el único factor decisivo que en la actualidad se mantiene de el "Spain is different" y sin solución pese a los esfuerzos, siempre de la misma parte: La continua pelea interna, nuestro catastrófico, desintegrador y paralizante Estado autonómico. Ese Estado autonómico inacablemente en avance hacia el desastre. Este modelo es nuestro cepo, nuestro ancla, nuestro lastre, nuestra ineficiencia, nuestro déficit y nuestra deuda.

Es un curioso ejercicio observar dónde ha quedado ahora el pueblerino de antaño. ¿Quien es ahora el aldeano? Ese seria un análisis poco riguroso, en cualquier caso.

Hay muchas pequeñas posibles diferencias que hacen especial nuestra crisis, especial nuestra falta de competitividad, y especial nuestro enorme desempleo. La mayoría de esas diferencias, tanto en su evolución como en la práctica imposibilidad de su solución, vienen enmarcadas en el Estado autonómico imposible en que vivimos. Un Estado imposible que lastraba nuestra competitividad en las épocas de bonanza, que ha agravado nuestra crisis cuando se ha producido a nivel mundial, y que después nos mantiene hundidos en ella. Por eso nuestra crisis es diferente, es especial.





El origen de la crisis 

El proceso que ha llevado a la crisis ha sido parecido en toda Europa (en todo el mundo, se podría decir). Las causas financieras de la crisis han afectado a todos los países por igual, pero sin embargo no todos ellos han sufrido sus consecuencias de la misma manera.

Aunque a estas alturas todos conocemos el origen y desarrollo de esta crisis, nunca está de más ordenar de nuevo las ideas, así que refrescaré un poco la memoria...


El estallido la burbuja financiera.

Resumidamente:
En el año 1999, para evitar que el crack de las empresas de internet o '.com' se expandiera al resto de la economía, la reserva federal estadounidense (FED) recalentó artificialmente la economía, mediante el establecimiento de unos tipos de interés muy bajos.

En vez de  aceptar el necesario ajuste se optó por una huida hacia delante, estimulando artificialmente un desordenado crecimiento a través del crédito barato.

Tras el hundimiento de las torres gemelas de Nueva York, para evitar el posible efecto adverso en la ya recalentada economía, la FED se enrocó y rebajó nuevamente los tipos de interés. Nadie quería ponerle el cascabel al gato del crecimiento desordenado.

El Banco Central Europeo hizo seguidismo de esa política de estímulo, con su recién estrenada moneda única. El resto de los bancos centrales mundiales siguieron los pasos de estos dos importantes centros de decisión económica.
Este es un punto que suele obviarse, pero el crédito barato no fue iniciativa de las entidades financieras; los que pusieron en marcha el mecanismo de la tormenta perfecta fueron los estados, los políticos por tanto.

Como consecuencia de la expansión monetaria, derivada de la reserva fraccionaria multiplicadora del crédito (tema suficiente para otro post completo), la banca privada mundial se encontró con un volumen de oferta de crédito enorme que podía poner en circulación, explotando un gran negocio que consistía en obtener fondos a precio casi cero para colocarlo con cierto margen, que dado el volumen de crédito en el mercado fue reduciéndose paulatinamente.

Toda la banca mundial se vio tentada por el caramelo del dinero fácil, y lo aprovechó... mientras pudo. De esta manera las entidades financieras ejecutaron el papel de factor multiplicador del desastre.

Las inversiones y créditos bancarios de esos excedentes monetarios fueron cubriendo los individuos y negocios menos arriesgados y regaron entonces a negocios e inversiones menos seguros. Todos en busca de rentabilizar el dinero sobrante.
Fueron días de vino y rosas a nivel mundial.

El exceso de dinero en el mercado hizo subir los precios en general, y especialmente los de las materias primas y el petróleo, poniendo en riesgo la economía. Así que en el año 2004 la Reserva Federal de Estados Unidos decidió finalmente subir los tipos de interés para evitar que se desbocara la inflación.

Esa subida de tipos de interés, como es lógico, llevó a entrar en morosidad a los agentes más débiles, que  habían acudido a un endeudamiento al límite de sus posibilidades, del que difícilmente podían responder si empeoraban las condiciones crediticias o económicas (ambas consecuencias lógicas de una subida de tipos de interés).

Algunas entidades financieras, cuya cartera de créditos se había convertido en un polvorín, decidieron crear bolsas de créditos, cuyo riesgo no era analizable fácilmente de manera agrupada, y trocear esa bolsa de créditos arriesgados en participaciones pequeñas, que lanzaron al mercado, mediante una retibución suficientemente interesante.

Y, dado el excedente de dinero en el mercado, todo fue fácilmente colocado entre otras entidades financieras, y de estas, a los inversores. El virus se extendió rápidamente...

El imperio financiero se había fundado sobre barro.

En el verano de 2007 se produce un hecho insólito que recuerdo como si fuera de ayer, y que ha pasado bastante desapercibido en la mayor parte de análisis, aunque para mí es claramente, a pesar de otros indicios anteriores, el signo de que se había iniciado la debacle: el mismísimo Deutsche Bank alemán no había sido capaz de conseguir financiación en el mercado bancario, nadie quería prestarle. Se había desatado ya una enorme desconfianza. Si no se puede uno fiar del Deutsche Bank, ¿a quién narices se va a poder prestar dinero?

Se había acabado la fiesta.

Todas las entidades financieras se vieron atrapadas en la caída del castillo de naipes, unas por sus créditos poco fiables, y las que habían sido medianamente responsables por la falta de financiación que trajo consigo la desconfianza.

La enorme retracción del crédito se trasladó rápidamente a la economía real, donde igualmente las empresas habían realizado inversiones arriesgadas derivadas del dinero fácil. De ahí a los ciudadanos, a los estados, y de nuevo al negocio financiero.

Una clase magistral de cómo las políticas de estímulo estatales pueden transformar un círculo virtuoso, recalentándolo,  en un círculo vicioso terrorífico. Repetición a cámara lenta del crack del 1929. ¡Viva el intervencionismo económico!

Todos los países desarrollados abocados a una misma crisis mundial, incluida España.


Las diferencias de la crisis española

Sin embargo la crisis española ha sido diferente a todas las demás dentro de Europa, en un entorno económico comparable. ¿porqué?

En mi opinión ha habido fundamentalmente tres factores diferenciales de la crisis española respecto a las del resto de los países europeos (pero sólo uno único):


1- El estallido de la burbuja inmobiliaria.

España recibió la crisis financiera con el estallido inmediato de la burbuja inmobiliaria, apoyada durante años en unos tipos de interés artificialmente bajos.

España, a diferencia de otros países europeos, ha tenido desde siempre un mercado del alquiler de viviendas muy poco eficiente. La poca estabilidad política, económica y factores culturales y legislativos diversos han provocado que una de las máximas aspiraciones de los españoles haya sido, crecientemente, poseer un lugar propio 'donde caerse muerto'. Con el crédito fácil 'se juntó el hambre con las ganas de comer'.
Los bancos se peleaban por colocar sus excedentes monetarios agotando las capas de población menos peligrosa a nivel de riesgos, y entrando progresivamente en las capas menos solventes. Y el dinero seguía fluyendo a manos llenas.
Los bancos en España ofrecían créditos e hipotecas sin cobertura suficiente de riesgos, y la población acogía el regalo sin pararse a pensar en el futuro, sin calcular las posibles consecuencias de agotar todos sus recursos en pagar su devolución.

El volumen de compra de viviendas en España fue tan espectacular que ese hecho se convirtió en un factor diferencial respecto al resto de países de nuestro entorno. Tales fueron las necesidades de financiación para nuestro mercado inmobiliario que todas nuestras entidades financieras se endeudaron solicitando crédito a las entidades extranjeras de medio mundo, a un coste muy bajo, para prestar el dinero a una población encaramada en la cresta de la ola.

Pero los tipos de intereses bajos se esfumaron y quedó la enorme deuda privada bancaria con el exterior, a la que ha venido a unirse la pública, ninguna de las cuales hay dinero para devolver, ya sea por la morosidad o por la falta de ingresos públicos derivada de la catástrofe económica.

El estallido de la burbuja financiera pinchó a su vez la burbuja de la construcción, el 20% del PIB. Esa es una de las causas que ha hecho nuestra crisis una crisis diferente.

Diferente sí, pero no única. Inglaterra e Irlanda especialemente sufrieron estallidos de la burbuja de la construcción de un volumen relativamente parecido. Eso sí, por lo menos en los países anglosajones tienen la ventaja de contar con instrumentos como la famosa 'dación en pago'. La 'dación en pago' provocó que en esos países los bancos prestaran el dinero más caro (no tanta gente pudo apuntarse al crédito gratis), y por tanto que no fluyera tanto el crédito, y la burbuja no fuera tan espectacular.

Irlanda, rescatada hace ya más de un año por estar gravemente atrapada por la crisis financiera e inmobiliaria, realizó sus reformas, muy duras algunas de ellas, y aunque continúa teniendo una prima de riesgo elevada, está llegando a una rápida estabilización de su economía y de su deuda.

No es por tanto el factor diferencial determinante de nuestra diferente crisis, puesto que otros países ya la han sufrido y están poniendo medidas eficaces para corregir sus desequilibrios


2- La reducción del maná procedente de Europa

Con la entrada de España en la Unión Europea se inició un flujo de inversiones y subvenciones desde Europa que incrementó nuestro crecimiento.

Yo mantengo que las políticas estatales keynesianas de estímulo del crecimiento mediante el gasto (no así la inversión en infraestructuras 'realmente' necesarias) y de la subvención son perjudiciales, pero lo son en conjunto. Es decir, a España le vino muy bien que le regalaran toda esa cantidad de dinero, que ayudó a crecer por encima de la media Europea.

Por supuesto es bueno que a ti te toque la lotería, pero para el conjunto que pone el dinero supone una pérdida, sobretodo si no se dedica a actividades realmente productivas.

No fuimos los únicos. Portugal y Grecia, que entraron a la vez que España en la Unión Europea, se vieron también regados con la lluvia de millones de Euros.

El problema es que a todo lo bueno se acostumbra uno. Las subvenciones perpetuas en actividades no económicamente eficientes llevan al acomodo, a no verse obligado a desarrollar esas otras actividades que sí son eficientes.

El continuo maná Europeo mantuvo las subvenciones improductivas en el campo, conservando artificialmente un sector primario que ya no nos corresponde como país desarrollado, y otras ayudas para regiones poco desarrolladas. Subvención por plantar 'nosequé', subvención por arrancarlo al año siguiente, y vuelta a empezar. Además se mantuvieron las réplicas de estos comportamientos a nivel interno, PER, minería, etc...

Pero la entrada de nuevos países en la Unión Europea supuso el desplazamiento de esas ingentes cantidades de euros a los nuevos países, que pasaban a ser los pobres. Es lo malo que tiene vivir de la caridad, que dependes de la decisión del caritativo. Además, inexplicablemente el anterior gobierno no peleó por mantener mayor cantidad de esos fondos, o su posición dominante en los órganos europeos. Y todo eso ocurrió justo antes del estallido de la burbuja, contribuyendo también a nuestra especial crisis.

Por otra parte, como hemos visto en los tres países que durante años fueron los que recibieron tantos fondos (Grecia, Portugal, y España), el dinero llegado de Europa se convirtió en muchos casos en fondos que alimentaron el fraude y la corrupción, y crearon unas redes 'parafraudulentas' que se mantuvieron con la llegada de la crisis.

Sin embargo, el corte del maná tampoco es un factor único diferencial respecto a otros países de nuestro entorno. Los nuevos países pobres de la Unión Europea han tenido que repartirse los fondos, y otros viven sin ellos , y sin embargo su tasa de desempleo no dobla la media, ni su déficit es el nuestro.


3- La falta de reformas

En Europa hubo países donde se reaccionó antes (el caso de Irlanda, Inglaterra o Alemania), en otros más tarde (Francia o Portugal), y también otros que no reaccionaron (Grecia), y se han visto obligados a posteriori a realizar, o mejor anunciar, ajustes enormes a requerimiento (o mejor dicho exigencia) de la Unión Europea.


En cualquier caso, en todos estos países el hecho de realizar o no las reformas es una mera opción política. Depende de lo que los ciudadanos voten, de lo que los gobiernos que sus ciudadanos han elegido decidan. La inestabilidad política puede suponer que el país no pueda realizar las reformas que necesita para superar la crisis, o sus desequilibrios internos, pero en cualquier caso es expresión de lo que los ciudadanos han elegido.

Ese no es sin embargo el caso de España. La soberanía popular no puede dar a su gobierno, en el Estado actual, las armas con las que realizar las reformas necesarias para salir de la crisis, ni para mantenerse posteriormente en un mundo competitivo. Por lo menos no en unas elecciones.

Porque en nuestro país habita un 'Alien', las Comunidades Autónomas,  extraño pasajero desconocido en toda la Unión Europea, un ente sin definición, que aguarda tras cada problema, engullendo competencias en cada legislatura, que engorda y engorda, que establece sus propias decisiones y leyes fundamentales, tragándose al estado al que se enfrenta, devorándolo desde dentro, destrozando las iniciativas que puedan tomarse.

Ese sí es el factor diferencial determinante de nuestra economía, de nuestro país. Nadie en Europa tiene un estado como el nuestro, nadie cuenta con tantos políticos ni admninistraciones, nadie tiene los intereses tan compartimentados.....nadie tiene nuestras Autonomías. Por eso nadie tiene una crisis como la nuestra, ni tan imposible de resolver. Por eso la salida del euro tampoco es siquiera una opción.

De esas medidas imprescindibles para poder salir adelante,  algunas quedaron recogidas en mi anterior post. Pero no se pueden tomar en este Estado Autonómico imposible.

La suma de esos tres factores diferenciales, y especialmente el último,  hace nuestra crisis especial, diferente a la de los demás.

Nuestro estado autonómico imposible

Soportamos en España más administraciones que en el resto de Europa, y la que nos diferencia del resto, es precisamente la más gastadora, la más derrochadora. Las administraciones autonómicas se han convertido en una enorme máquina de gastar, en una enorme oportunidad para corruptos, para redes clientelares, sean del partido que sean. Pero ese razonamiento sólo suena a demagogia hueca y preconcebida, y podría achacarse a cualquier administración.

Escasos países en Europa tienen estructuras similares, como los lander alemanes o cantones suizos (estos fuera de la Unión Europea). Yo creo que en ambos casos son igualmente ineficientes (en Alemania se recortaron competencias al inicio de la crisis). Lo que no tiene ninguno de ellos son independentistas, por eso pueden funcionar.
Aquí, sin embargo, al frente de algunas Autonomías se encuentran partidos políticos independentistas (ya no lo esconden) que no deseaban un Estado autonómico, que querían y quieren otra cosa, lo cual convierte a nuestro Estado en un monstruo deforme en continuo desarrollo, en un Estado imposible .

La Constitución se diseñó con unas normas poco claras para integrar a quien nunca quiso ser integrado, al gusto de quien no quería estar. La aceptaron únicamente como plataforma para avanzar hacia su objetivo, la independencia. La Constitución llevaba en su propia 'indefinición calculada' el germen de aquello en lo que ha devenido el Estado, aderezado con un sistema electoral diseñado para que los disgregadores pudieran decidir.
Donde la indefinición no podía llegar, la Constitución se ha moldeado y estirado, en manos de un tribunal constitucional (sí, con minúsculas) político, que decide en función de intereses del partido político de turno (da igual el partido, todos están dispuestos a todo para mantener el poder).

Como cualquier estructura de poder, las Comunidades Autónomas tienden a buscar su supervivencia y expansión, así que el resto de las autonomías ven el éxito y copian, empeorando la situación.

Así, en España el poder se halla repartido en una maraña cada vez más inextricable, y la jerarquía administrativa yace hecha añicos sobre los estatutos de autonomía y los hechos consumados, incapaz como se muestra el Estado de reafirmar un poder de control o decisión que se le escapa a borbotones, por cesiones a cambio de un poder momentáneo, o por falta de ejercicio del mismo.

Las Comunidades Autónomas se han convertido en un palo en la rueda del progreso económico, compartimentando los mercados, atascando los procesos a cada paso, regulando sin medida, apropiándose de lo que era de todos (ríos, carreteras, cultura, sentimientos,...), fijando objetivos aldeanos que pierden de vista al ciudadano del mismo país que todos somos, y fundamentalmente, impidiendo tomar medidas que nos salven del desastre, del que son un factor central.


Cada vez que se intenta buscar una solución aparece una autonomía que enarbola la bandera de una inventada soberanía, o que clama por la violación de una competencia supuestamente transferida, interpone un recurso de inconstitucionalidad, reclama una supuesta injusticia fiscal.

Todo queda empantanado, paralizado, olvidado o apartado. Nada avanza, excepto en el sentido que las autonomías, en función de sus propios objetivos aldeanos, establecen. No importa la crisis, el derroche, el paro, los servicios o las prestaciones. Lo importante es la competencia, el desarrollo de soberanías. Y siguen devorando competencias cada nueva legislatura.

Y todo esto cuando uno de los dos partidos mayoritarios en España goza de mayoría absoluta.
¿Puede alguien imaginarse lo que nos esperaría en los próximos meses si cualquiera de los dos partidos hubiera necesitado en estas circunstancias de uno de esos partidos independentistas? Porque desde luego, con el otro partido no puede contar...

Son muchos los ejemplos de como nuestro Estado autonómico se ha convertido en una broma de mal gusto. He aquí algunos:
  • Los 17 mercados regionales con sus 17 legislaciones diferentes lastran el comercio interregional y paralizan la inversión internacional, sin que nada se pueda hacer, empeorando nuestra competitividad.
  • La educación aldeana autonómica, que canta las maravillas del charco propio y obvia el lago próximo, que nos hace enemigos de nuestros propios compatriotas, y aviva rencores inútiles.
  • El sistema electoral pergeñado para acomodar inútilmente a los independentistas, provoca que estos, sin buscar más que el beneficio de un determinado territorio (aunque perjudique al resto), decidan sobre lo que afecta a todo territorio. Ni se plantean si una reforma del gasto en educación o en sanidad es buena o mala, es simplemente un tema suyo (según ellos) y no se puede tocar.
  • La carretera que cruza  varias autonomías se encuentra en perfecto estado hasta un punto, y a partir del metro siguiente está llena de baches, lo cual convierte a la inversión en inútil.
  • La sanidad de locos: no se quiere operar al ciudadano de la Comunidad Autónoma vecina, o lo que se opera en un kilómetro no es un derecho en el siguiente.
  • Las compras de materiales o contrataciones de las administraciones autonómicas se hacen sin aprovechar el mayor poder de negociación que tendría una negociación conjunta.
  • Los regímenes forales son un insulto a todas las demás autonomías, regiones ricas que no aportan un euro al Estado, del que además cobran. Generan envidias y justificados rencores de las regiones que sí tienen que financiar al resto.
  • La justicia se compartimenta regionalmente, politizada hasta el tuétano, en función de los intereses del señor de turno.
Otra vez aquí la lista, a gusto del ciudadano, es interminable.

Nuestra situación económica, artificialmente hinchada por la burbuja inmobiliaria ya era poco edificante durante el crecimiento debido a nuestra falta de competitividad (favorecida por el estado autonómico), y ahora es una losa encima de la cual se encuentran instaladas las autonomías.

Y no es sólo ya porque nos han traído hasta aquí, si no sobretodo por que no hay quién las pare, seguirán acaparando lo que queda, pactos fiscales forzosos, ejércitos, lo que haga falta, hasta el objetivo final. No van a parar.

Así no puede funcionar un país. Hay que reaccionar, y cambiar este desastre de barco a la deriva que tenemos. Se hundió el trasatlántico y estamos en los botes. Si alguien quiere saltar al agua helada, habrá que tratar de convencerle de que no lo haga, pero no saltar con él. Como ya comenté en un post anterior, el cáncer no se cura con aspirinas.

Cada uno tendrá sus aspiraciones, justificadas o no, pero legitimas. Aún así, si queremos salir algún día de esta, habrá que ser valiente y hacer las reformas necesarias, guste o no. Si no acabaremos de hundirnos.

Las vías para hacer posible el estado

Podrían proponerse diferentes vías para arreglar este estado, para borrar nuestra diferencia respecto a los modelos europeos, para desencallar nuestra economía, para cerrar definitivamente el modelo de estado, para olvidarnos de una vez por todas del "Spain is different".

Algunas opciones, las mas significativas, las apunto a continuación:
  • Racionalización del estado autonómico, manteniendo las Comunidades Autónomas como entes políticos, pero con un establecimiento definitivo y cerrado de menos competencias (eliminación de todos los regímenes forales), de contenido menos político (sin educación, fiscalidad, etc...) y más administrativo (de gestión), con cierta capacidad legislativa pero revisable por el estado. Todo ello con un sistema electoral a dos vueltas o con un mínimo obligatorio por circunscripción, para evitar en el futuro el chantaje particularista.
  • Eliminación completa de las autonomías, y sustitución por entes administrativos, a la manera europea, como los Departamentos franceses, o las regiones administrativas italianas, países comparables social e históricamente a España, o como cualquier otro de los países europeos.
Por supuesto los independentistas no estarían contentos con la nueva situación, así que yo creo que habría que darles lo que anhelan. Habría que exponer a los ciudadanos de las regiones donde han estado gobernando los independentistas la situación y las posibles consecuencias de vivir o no en un país normal, y que ellos decidan libremente.

Sinceramente creo que si se explica claramente a esos ciudadanos, aunque sólo sea una vez, aunque sea después de 40 años, que los independentistas no tienen razón, ya no solo histórica, sino fundamentalmente económica, ellos no decidirán su propio suicidio. De todas formas dejaré las propuestas y  las posibles consecuencias para sucesivos posts.

Creo que sería bueno empezar antes por resumir las razones y el origen histórico de nuestro fallido estado autonómico.

Continuará...

miércoles, 9 de mayo de 2012

El gasto de las administraciones públicas: "Las aspirinas no curan el cáncer"

Otro revolcón de los mercados. Bankia se hunde (¿intervenida?), con ella el Ibex , y la prima de riesgo vuela otro poco más. El viernes tendremos otro parche del pobre hombre de la Moncloa. Mmmm...Debería apartar de sí este cáliz.


Superado por los acontecimientos, a remolque, está demostrando falta de arrojo: el cáncer no se cura con aspirinas, se puede curar con mucha dificultad y valentía, pero no con aspirinas. Se nos hace tarde ya. Las palabras suenan bien, pero las medicinas no llegan. Recuerda al doctor anterior....

¿Dónde quedó la confianza que este gobierno iba a generar? No queda ni gota.........ni gota. Se la llevaron los presupuestos.

En muchos casos se opina que esta crisis es una situación puntual y pasajera, y que cuando volvamos a crecer todo pasará, y por tanto no importa seguir generando déficit. Ya he analizado en otros posts la situación real del déficit.

Pues eso será en otros países. En el nuestro la construcción, la burbuja inmobiliaria, con una aportación del 20% del PIB, se ha ido para no volver, y con ella se ha esfumado para siempre la ingente cantidad de ingresos en impuestos que generaba. El boom de ingresos conllevó el de los gastos de las administraciones públicas, que generaban déficit incluso en los años de bonanza. Y ahora llegó la resaca.

Otras actividades irán substituyendo a la construcción a lo largo de los años, pero será a lo largo de 'muuuuuchos' años. Además, ¿cómo será posible esa recuperación con gobiernos estatales, autonómicos, municipales, etc... persiguiendo como zombies irracionales con sus impuestos y tasas cada euro que osa moverse?...

En esta situación, el Gobierno de España, tras la presentación de unos presupuestos tan cobardes que parecían haber sido meticulosamente preparados para el desastre, decidió, una vez recibido el crudo veredicto de los mercados, abordar, con unas importantes dosis de improvisación, recortes en Educación (3.000 millones de euros) y Sanidad (7.000 millones de euros, sólo la mitad del déficit sanitario.)

No puedo negar que estas medidas, tan amargas como son, son igualmente imprescindibles y......... absolutamente escasas, y probablemente ineficientes, dado que su ejecución recae en otras administraciones sobre las que no tienen ningún control efectivo.

Hay que tener en cuenta que han previsto un déficit para este año de unos 58.000 millones de euros (que se suman a una deuda pública total acumulada ya de 800.000 millones de euros, que costarán ya este año unos 35.000 millones en intereses entre todas las administraciones)

La intención del post es arrojar de una manera resumida, una visión del gasto público en España, para detectar cómo se podría rebajar el enorme déficit que generamos anualmente entre todas las administraciones públicas (estado, autonomías, diputaciones y ayuntamientos), e intentar salvarnos.


Múltiples administraciones, datos dispersos, descontrol, análisis imposible...
La mejor forma de evitar la demagogia del estilo 'Que se bajen el sueldo los políticos' (con lo que todos estaremos de acuerdo, pero que no resolverán nuestro problema de déficit galopante) es, antes de ver como se puede recortar el gasto, dar un vistazo general a todos los gastos públicos en España .



Dada la estructura actual kafkiana del estado español, el análisis detallado del gasto se convierte en un galimatías difícil de resolver, agravado por la falta de homogeneidad de los datos que las diferentes administraciones aportan. Teniendo en cuenta estas limitaciones creo que se puede considerar los datos que aquí se presentan como correctos en términos generales, y válidos para valorar la situación real del gasto en España. 




¿En qué gastan las administraciones nuestro dinero?

Recordando lo comentado en posts anteriores, básicamente, de los 468.000 millones de euros que se gastaron entre todas las administraciones en 2011 (91.000 millones más de lo que ingresaron, el déficit), el 75%(348.000 millones) son gastos en temas que prácticamente todo el mundo considera intocables:
  1. Pensiones (116.000 millones de euros. Responsabilidad del estado a través de la Seguridad Social)
  2. Sanidad (71.000 millones de euros, responsabilidad de las comunidades autónomas).
  3. Educación (54.000 millones de euros, responsabilidad de las comunidades autónomas)
  4. Funcionarios (49.000 millones de euros, 54% de las comunidades autónomas, 25% de los ayuntamientos y 21% estado)
  5. Pagos a desempleados (29.000 millones de euros), responsabilidad del estado central
  6. Intereses de la deuda (27.000 millones de euros) ). Todos pagan.
Google Chart


Es decir, todo lo demás, infraestructuras, gastos  ministeriales, exterior, defensa, subvenciones, transporte, inversiones, I+D, cultura, agricultura y pesca, etc... supone un total de 120.000 millones de Euros (apenas un 25% del gasto).

Durante estos últimos años, para evitar la conflicitividad social, sólo se ha actuado prácticamente sobre las partidas de este último 25%. Pero, con un déficit de 91.000 millones, ¿se puede recortar mucho más de ahí?¿eliminamos completamente la policía, el ejército, las embajadas, aeropuertos, prevención de incendios, transporte público, servicios sociales o mantenimientos de carreteras?

De esta visión general se puede deducir que el recorte del déficit a corto y medio plazo va a ser imposible sin abordar el gasto de esas partidas que todo el mundo considera intocables. Eso no quiere decir que haya que reducir necesariamente derechos, sino racionalizar el gasto. Es absurdo cerrar los ojos a la evidencia (excepto para los que viven del gasto desbordado, claro, que son fundamentalmente los que quieren que se mantenga o aumente).

Y ¿Cómo se reparte el gasto total entre estado, de las CCAA, y entes locales?
Durante 2011, el gasto total de las administraciones públicas españolas (468.000 millones de euros) se distribuyó de la siguiente manera (a grandes rasgos):
  • Gobierno del estado (243.000 millones de euros): Administración del estado 120.000 , y Seguridad social, 123.000.
  • Comunidades Autónomas, 160.000 millones de euros
  • Diputaciones Ayuntamientos, 65.000 millones de euros

Google Chart



Y ¿en qué gasta cada administración los euros?

Es muy complicado abordar cual es la administración que tiene competencia sobre cada capítulo de gasto, por que las Comunidades Autónomas han ido absorbiendo competencias de manera exclusiva  o compartida con el estado, y en algunos casos incluso se han tomado la libertad de invadir, soterradamente o no, competencias que la constitución reservaba exclusivamente al estado.

En otros casos es el propio Estado el que ha traspasado competencias pero ha mantenido las estructuras administrativas que antes las gestionaban.

También los entes locales desarrollan actividades que en principio deberían ser desarrolladas por las comunidades autonomas o el estado.

Teniendo estas dificultades en cuenta, las principales áreas en que cada administración gasta nuestro dinero son las siguientes:

Gobierno de la nación 
243.000 millones entre Gobierno y Seguridad Social
Según los últimos presupuestos, del 2012, prescindiendo de los mas pequeños
  • Pensiones: 116.000 millones de euros (en aumento)
  • Intereses: 29.000 millones (en aumento desbocado, por la deuda y por la prima)
  • Desempleo: 29.000 millones de euros (en aumento)
  • Funcionarios: 10.500 millones (repartidos entre los otros conceptos que siguen)
  • Infraestructuras: 11.500 millones (ha bajado un 22%)
  • Política agrícola: 8.600 millones (baja un 0,8%)
  • Políticas sanitarias y educativas: 7.400 millones (ha bajado un 14%)
  • I+D: 6.400 millones  (ha bajado un 26%)
  • Interior y Defensa: 4.500 millones de euros (bajando un 2,5 %)
  • Industria y comercio: 3.100 millones  (baja un 25%)
  • Política exterior: 1.700  millones  (ha bajado un 40%)
  • Cultura: 950 millones  (ha bajado un 15%)

Gobiernos autonómicos
160.000 millones
  • Sanidad: 58.000 millones
  • Educación: 40.000 millones
  • Funcionarios: 26.500 millones repartidos entre los demás conceptos
  • Intereses: 6.500 millones
  • Infraestructuras
  • Cultura
  • Justicia
  • Vivienda
  • Ordenación de su  territorio
  • Industria y comercio
  • Política exterior

Entes locales 
65.000 millones. Diputaciones y Ayuntamientos...
  • Seguridad y protección civil
  • Funcionarios (12.500 millones)
  • Tráfico
  • Ordenación urbanística
  • Infraestructuras urbanas
  • Patrimonio artístico
  • Servicios urbanísticos
  • Servicios sociales
  • Suministros 
  • Cultura y deporte
  • Transporte
Tanto los datos de las Comunidades Autónomas como los de Entes locales son difíciles de agregar debido a las diferentes estructuras, competencias que asumen los gobiernos, y la diferente denominación que dan a sus gastos.
Las diputaciones realizan las mismas labores que los ayuntamientos, pero para un conjunto de ayuntamientos que por su tamaño no podrían realizarlas por sí mismos.


El enorme esfuerzo de reducción de déficit que se está realizando
Sería injusto no reconocer que, dadas sus malas costumbres, las administraciones públicas españolas están realizando un, para ellos, esfuerzo titánico de reducción del déficit.

No hay más que ver los presupuestos generales del Estado y la Seguridad Social para ver los recortes muy sustanciales que, sobre recortes de años anteriores, se han realizado sobre todas las partidas menos significativas (las menos impactantes socialmente). Lo mismo se puede decir del resto de administraciones públicas.

Como puede verse la mayor parte del gasto se encuentra en las partidas 'intocables' antes mencionadas, que sin embargo no sufren recortes. Las partidas más pequeñas sufren a cambio, recortes muy amplios que no pueden solventar el problema, y los gobiernos lo fían todo a una recuperación que no propician.

Pues bien, el déficit previsto con ese enorme esfuerzo será de 58.000 millones, si milagrosamente se cumplen las previsiones.
Algo más habrá que hacer....


El derroche...ojalá bastara con eso


Lo primero en lo que hay que 'meter tijera' son las ineficiencias y derroches de cualquier administración (coches oficiales, asesores, dietas, etc...). Siempre decimos todos lo mismo, y es cierto, pero su existencia no es la principal causa del déficit.


No estoy hablando aquí del derroche en Sanidad, Educación, etc.., que lo hay, porque englobo esto dentro del gasto social, porque como detallé en otro post, es entendido por gran parte de la sociedad como un recorte de derechos.

Vaya por delante que por supuesto hay que ser implacable con el derroche, más en épocas como esta, y que los gobiernos no tienen ninguna legitimidad para acometer el resto de reducciones del gasto si no se ha abordado antes esta. Pero es más un tema de legitimidad que de efectividad real.


La persecución del fraude

La persecución del fraude es una buena herramienta para conseguir ingresos que reduzcan el déficit, pero no es tan sencilla como parece y requiere mucha inversión en personal e infraestructura tecnológica. No hay gobierno que no se lo plantee ni gobierno que no fracase en su consecución. Creo que este es más un objetivo estratégico que una medida que actualmente nos vaya a sacar de la crisis. Fundamentalmente porque el problema no es que no se recaude a causa del fraude, sino por falta de actividad. Adelante con elllo, pero con esto no basta.

Recorte de las partidas poco impactantes socialmente

En este apartado es donde todos los gobiernos, ya sean del estado, autonómicos o locales, han focalizado, como es lógico, la mayor parte del recorte del gasto.
Pero todo tiene un límite. ¿nos quedamos sin policía? ¿sin ejército? ¿sin inversiones?¿sin embajadas?
Siempre se podrá seguir recortando, pero creo que el gran recorte de este tipo de gastos se está agotando ya.

La reducción del gasto en las partidas 'intocables'

Como hemos visto, los presupuestos generales del estado, tomando la responsabilidad de la reducción del déficit han abordado la reducción del gasto de casi todas las categorías del gasto............exceptuando las mayores:
  • No han tocado pensiones
  • No han tocado desempleo
  • No han tocado a los funcionarios
  • Con posterioridad a los presupuestos se ha elaborado una pequeña reducción en sanidad y educación, que supondrían una reducción de 10.000 millones de euros sobre un déficit de 91.000, de la que está por ver su efectividad.
Bueno, por supuesto nadie quiere tocarlas, pero como hemos visto supone la mayor parte del gasto, y las anteriores medidas no dan para mucho más.
Algo más hay que hacer...

La oportunidad perdida
Los presupuestos presentados por el Gobierno del Estado para el 2012 fueron recibidos por todo el mundo con una tremenda desilusión, como la oportunidad perdida, la única quizás, que agotó la mayoría de las esperanzas de recuperación, y no sólo por lo increíble de los supuestos presentados, sino fundamentalmente por su falta de valentía, por su cobardía monumental, porque no atacan el problema de verdad. Fueron el despertar en una nueva pesadilla...

Se puede, sin embargo, exponer una lista enorme de mejoras para la reducción del déficit público, y sobre todo para mejorar la eficiencia del estado y poder seguir manteniendo un estado de bienestar sin fugas innecesarias de dinero, muchas de las cuales se han oído múltiples veces. Algunas parecen apuntarse, pero no acaban de cuajar. Entre otras:

  • Co-pago en todos los servicios públicos individualizables en función de la renta (los ricos que paguen más). Los que menos tienen pagan muy, muy poquito, pero algo, porque lo que no se paga no se valora (a precio 0 demanda infinita). Si no cuesta nada, nada,  ir todos los días al ambulatorio, seguro que algunos van todos los dias...
  • Eliminación de todas las subvenciones, fundamentalmente de aquellas no productivas, y substitución por desgravaciones para aquellas actividades realmente productivas, y exenciones durante varios años a la creación de empresas.
  • Persecución del fraude en el cobro de prestaciones, ya sean de desempleo, subvenciones, y del fraude fiscal, mediante la inversión en sistemas tecnológicos de cruce de datos.
  • Fiscalización y publicación trimestral en web del gasto discrecional de las administraciones: coches oficiales, comidas, dietas, etc...
  • Fiscalización y necesidad de aprobación de la administración del estado para la creación de nuevas empresas públicas por cualquier administración.
  • Fijación de un número máximo de funcionarios para cada administración en función de la población que 'administre' y otros criterios objetivos , con un plazo de 10 años para adaptarse (es demencial que lo que hace 40 años se administraba con 800.000 funcionarios, todo en papel, tenga que hacerse ahora con 3.100.000 con los enormes medios tecnológicos que existen).Fijar también el número máximo de asesores y que su sueldo sea público.
    Sustitución paulatina de funcionarios con tareas administrativas sencillas por personas en edad de jubilación o cercanas a ella con ganas de trabajar y competencia y capacidad suficiente para trabajos administrativos de media jornada , que cobrarían un sueldo (mayor a la pensión que hayan generado), hasta cierta edad.
  • Toma de temperatura cada 5 años de la pirámide de la población y de la evolución futura de las pensiones en función de criterios actuariales, y se hace un referéndum para que los ciudadanos decidan si están dispuestos a pagar más seguridad social en sus nóminas o a alargar su edad de jubilación en los meses necesarios (lo que está claro es que si no hay no hay, y hay que decidir si se pone más o se cobra menos).
  • Es imposible seguir pagando prestaciones  (educación, sanidad, justicia, etc...) a ciudadanos , Europeos o no, que no hayan cotizado en España, y que no hayan generado el derecho como los demás, cotizando (no se persigue con esto la discriminación, sino la igualdad con los oriundos). Los ciudadanos generamos  los derechos porque nuestros padres pagaron por ellos o por nuestras propias cotizaciones. Alguien que no ha cotizado por los derechos , si recibe un servicio, debe pagar por él (o su país a través de convenios). No es una  oposición a que se les atienda, sino a que se les atienda sin que nadie pague. Si alguien desea (y puede) seguir pagando los derechos de quien no los ha generado, esa es una opción personal muy loable: para ellos habría que incluir otra casilla para que marquen una 'X' en el IRPF, y  el que la marque sea gravado con un 'impuesto extra solidario' que reparta entre ellos el coste de estos derechos sin dotación económica.

Podría incluirse aquí otra lista interminable de iniciativas para reducir el gasto,a gusto de cada ciudadano...

La competitividad

Pero además se podrían tomar otras acciones que nos harían mucho más competitivos, ayudarían a mejorar la economía y  acelerarían algo la salida de esta crisis galopante:

  • Es fundamental despolitizar la justicia y dotar a los tribunales de la capacidad sancionadora a los gobernantes que no cumplan las leyes, inhabilitándolos automáticamente. La inseguridad jurídica que provoca la enorme politización de la justicia y los criterios cambiantes en función del gobernante de turno o sus apoyos llevan a que la inversión se retraiga y la actividad económica se paralice.
  • Persecución de la prevaricación económica: Por ejemplo, los responsables políticos que dejen las arcas de su administración peor de lo que la encontraron en más de un % razonable (ligado a la evolución económica europea), quedan inhabilitados por 10 años para cargo público, y los diputados de sus partidos disminuidos en el mismo % que el aumento de deuda que hayan dejado, en el parlamento donde hayan gobernado, durante 10 años. Seguro que así espabilaban todos. Además en caso de mala gestión clara, responsabilidad civil, y penal en los casos más sangrantes.
  • Homogeneización del mercado nacional. Una única legislación en vez de 17 legislaciones de comercio que retraen enormemente la inversión internacional, y complican de manera absurda el comercio inter-regional.
  • Potenciación de las economías de escala en la adquisición de bienes y servicios por la administración pública. Todo el mundo sabe que la fragmentación del gasto público provoca encarecimiento, por la pérdida de poder de negociación. Habría que establecer centrales de compra a nivel nacional que gestionaran todas las necesidades.
  • Reestructuración del sistema financiero: Los directivos de empresas que tengan que ser nacionalizadas, o rescatadas por la mala gestión y afecten a la economía nacional, responden con todo su patrimonio, y el rescate se traduce en acciones para el estado , y  los fondos que se obtengan con la reprivatización que vayan a la hucha de la seguridad social. Además se acepta la dación en pago, con carácter retroactivo para todos aquellos ciudadanos que no dispongan de fondos suficientes.
Aquí, desde el punto de vista de las medidas de reactivación, también hay un montón de medidas adicionales que podríamos tomar para aliviar esta crisis que tiene pinta de quedarse con nosotros muchos años.

En este aspecto hay que reconocer la valentía del gobierno actual en la desagradable reforma del sistema laboral español, que anclado en el pasado, lastraba la competitividad frente al resto de Europa y del mundo, con sistemas laborales mucho más eficientes, como indican todas las estadísticas.

Estas medidas, que ya eran imprescindibles para frenar la galopante pérdida de competitividad de España en un mundo cada vez más globalizado, que encarecía nuestros productos y ralentizaba la actividad, se han convertido en una cuestión de supervivencia con la desaparición del sector de la construcción y la prolongada crisis española.

Se puede estar de acuerdo con algunas medidas y en desacuerdo con otras, pero lo que no cabe duda es que es necesario realizar grandes reformas y que lo que se ha hecho hasta ahora es 'combatir el cáncer a base de aspirinas'.

Hay otra serie de medidas que podrían mejorar sensiblemente la situación económica, al estabilizar la situación política, pero trataré de ellas en siguientes posts.

Sin embargo todo lo escrito hasta aquí es inútil. El que haya leido hasta aquí ha perdido su tiempo. Nada de esto es posible en la España actual, con la estructura actual. Ante cada reforma, por nimia que sea, aparecen administraciones insumisas o la competencia está transferida.

El estado imposible
Ninguna de las medidas con alcance real expuestas aquí se puede llevar a cabo sin incomodar a las Comunidades autónomas, sin que monten en cólera por supuestas invasiones de competencias, reales o inventadas. Todo queda empantanado, todo queda trabado.

La crisis ha acelerado lo que ya se intuía: tenemos un estado imposible. Soportamos demasiadas administraciones: ayuntamientos, diputaciones, autonomías, estado, Unión europea...demasiada carga.
Pero ese no es el problema esencial. El problema es la desaparición paulatina del poder del estado, del responsable del déficit, que tiene que responder del mismo pero que no lo puede controlar. El orden jerárquico de las administraciones está roto. De facto, no existe, por falta de herramientas o por la falta continuada en su utilización. 

El problema de España no es que una administración u otra gaste mucho, que lo hacen, el gran problema es que no se pueden hacer las reformas necesarias, que tenemos un gasto fragmentado e ineficiente, y además no se puede controlar ni llamar a capítulo a las autonomías, porque no lo aceptan:
  • que se quiere racionalizar un gasto en educación o sanidad , las autonomías se niegan, por que es su competencia
  • que se quiere poner un límite al gasto, las autonomías se oponen.
  • que se quiere limitar el número de ayuntamientos, invasión de competencias.
  • que se toman medidas para homogeneizar el mercado, recurso de inconstitucionalidad
y todo esto fiesta la pagamos los ciudadanos, que recibimos servicios más caros que nos arruinan.

Las administraciones autonómicas gobernadas por independentistas (lo de nacionalistas era una floritura lingüística, como ya ha quedado sobradamente demostrado) plantan cara a su ya no admitido superior jerárquico, al que exigen, sin embargo que pague y avale sus deudas.

Las autonomías no independentistas que no son del partido en el gobierno de la nación, aprenden de esos comportamientos, porque dan resultado, y devienen también glotonas e insumisas.

Y las que son del mismo color que el gobierno de la nación se resisten a ceder el poder adquirido, una vez bajo su ansiado control. Los ríos son suyos, el aire es suyo, los aeropuertos son suyos, todo es suyo...Nada es de todos.

El estado ha perdido el poder de controlarlas, por acción e inacción de unos y de otros. ¿Acaso alguien es capaz de afirmar que el gobierno se atrevería con las comunidades independentistas si no cumplen? Ya advierten de qué leyes y sentencias piensan o no cumplir. Otros pagarán los platos rotos para salvar las apariencias ante los mercados durante un tiempo, mientras los mismos de siempre seguirán plantando cara sin consecuencias, siempre los más beneficiados, siempre entre quejas (análisis en siguientes posts).

Las piezas del estado no encajan, porque el kafkiano puzzle se forjó con un determinado tamaño, y una de las piezas se ha hecho tan grande que no cabe ya en su hueco, generando grietas cada vez mayores, que están arruinando el puzzle entero.

Aún en épocas como ésta, o más ahora si cabe, en vez de ponernos a analizar el tema del que trataba el artículo, como reducir el déficit y salvar la situación, seguimos enfrascados en debates sobre como no molestar y encajar a quién no quiere ser encajado, destrozando nuestra casa cada vez más para ponerla a gusto de quien no quiere vivir en ella, que se encrespa más y más con cada nueva concesión que se hace, porque la cercanía a su objetivo le aviva exponencialmente el ansia de conseguirlo.

No funcionó el café cuando estábamos sanos, no funcionaran las aspirinas cuando estamos gravemente enfermos. Si de verdad queremos salvarnos habrá que empezar a tomar conciencia de que habría que hacer algo más, habrá que hacer reformas que molesten, y no por molestar, sólo por mejorar. ¿Ha llegado la hora de la quimioterapia?.